¿Soy una sociópata? El asesino de la Dalia Negra.

martes, 15 de diciembre de 2015

No sé muy bien cómo describir la razón de esta entrada sin acabar mostrando alguna clase de rasgo psicópata (quizás, incluso sociópata). A lo mejor tengo una vena macabra (no para acabar matando a nadie, no sería capaz ni de matar una mosca [de hecho no lo hago, me dan penita]), quizás me interese demasiado por la mente humana y por el estudio de todo lo que es capaz. Soy muy de Mentes Criminales (y, sobre todo, muy de Derek Morgan: ya sabéis... grr), muy de Perfil de un Psicópata, muy de Crímenes Imperfectos, muy de El Asesino de al Lado, ... Puede que tenga más futuro como criminóloga que como nutricionista, who knows? Vale, releyendo lo que acabo de escribir puede que os esté asustando un poco (jeje).

A lo que iba, hace un par de noches estaba viendo uno de estos programas a altas horas de la madrugada (no entiendo muy bien porque lo dan tan tarde, ¿la gente que ve esta clase de programas no tiene sueño? ¿somos vampiros temerosos de la luz solar? ¿en qué se han basado para establecer ese horario de emisión?) y el tema de ese día eran los casos del asesino del pintalabios y la dalia negra. Este último caso fue el que más llamó mi atención y acabé de volverme loca cuando el narrador del programa añadió que se había escrito una novela basada en este asesinato: tenía que leerla pero YA (el problema es que tengo más de 20 libros en lista de espera: ¡24 horas al día no son suficientes para poder acabar con todos ellos!).

Como hoy no me apetecía escribir ninguna reseña y aún no me he leído esta novela, he pensado en poneros un poco sobre aviso y así, cuando me la haya leído y os hable sobre ella, os enteréis de que va la historia. Al no haberla leído, no tengo muy claro cuál es el grado de veracidad y de similitud de la novela con el caso real. Sí que es verdad que he estado investigando otras reseñas para ver qué decían del libro pero, al menos hasta que lo lea y lo vea con mis propios ojos, no voy a adelantarme a los acontecimientos. Básicamente, en esta entrada voy a hablaros del asesinato real (no voy a hablar sobre el desenlace de la historia porque sería una especie de spoiler, al que le interese que lo busque y así no fastidio a terceros, jeje) para que en un futuro lo comparéis con la novela (:

* Si sois personitas de alma sensible y temerosa... quizás no deberías seguir leyendo, no es que dé miedo en sí pero yo lo llamaría mal rollo.*

*AVISO: Alguna de las imágenes podrían herir tu sensibilidad*

Elizabeth Short nació en Boston (Massachusetts) en el año 1924. A principios del año 1943 se mudó a Los Angeles con su padre, Elizabeth estaba feliz porque así iba a estar más cerca de su sueño de convertirse en una gran actriz de Hollywood.

Más tarde se mudó a Santa Barbara pero, tras ser detenida por beber alcohol siendo menor (la mayoría de edad eran los 21 años por aquel entonces), se fue por distintas ciudades de Florida: donde se dice que conoció al principal Matthew M. Gordon Jr. (de la 2ª Comandancia aérea y capacitación para el despliegue CBI [China - Birmania - India] teatro de operaciones), con quien se dice que contrajo matrimonio antes de que muriera en un accidente aéreo. En 1947 planeó volver a Los Angeles, lugar en el que estuvo durante los seis meses previos a su asesinato. Trabajaba de camarera para ganar dinero, el cual no se gastaba ni en casas ni comida: lo gastaba en estar siempre de punta en blanco por si la veía algún cazatalentos (aunque, en realidad, estaba más en bares que preparándose su sueño de ser actriz).


El 15 de enero de 1947, el cuerpo de Beth (como le llamaban sus amigos y familiares) fue encontrado por una vecina, que paseaba con su hija de tres años, en el distrito de Leimert Park (Los Angeles). Betty Bersinger, la vecina, al principio supuso que se trataba de un maniquí hasta que al acercarse se percató de que era el cuerpo de una joven. El cuerpo no llevaba ropa y estaba partido por la mitad (a la altura de la cintura), además se le había drenado la sangre. En el bonito rostro de Beth, que bajo mi punto de vista era más que guapa, el asesino había llevado a cabo la "sonrisa de Glasgow" (viene a ser lo mismo que la "sonrisa de Chelsea" [porque la "hacen mucho" los hooligans del Chelsea Football Club] o, más común aquí en España la "sonrisa del payaso"] que consiste en hacerle un corte a la víctima desde la comisura de los labios hasta cada una de las orejas, quedando así una cicatriz que tiene forma de sonrisa (imaginaros la cara del Joker de Batman, algo así).


Se cree que el asesino maniató y torturó a Beth durante más de tres días, así lo indicaba el cuerpo: marcas de ataduras, laceraciones, cortes, quemaduras de cigarrillos, el pecho derecho despellejado,.... hasta que finalmente acabó con su vida. El cuerpo de Beth fue lavado y cortado en dos previamente, antes de llegar al parque de Leimert. Una vez en el parque, el asesino colocó la mitad superior del cuerpo en una posición bastante estudiada: con las manos por encima de la cabeza y los brazos formando un ángulo de 90 grados. En el cuerpo no estaban ni el bazo, ni el corazón ni los intestinos, se hallaron debajo de la segunda mitad del cuerpo (colocada a medio metro de la superior, con las piernas abiertas).


La policía encontró en la tierra una huella de la parte del talón de un zapato de hombre, cerca de las huellas de las ruedas de un automóvil. Por otra parte, más lejos del cuerpo, encontraron un saco de cemento vacío con ciertas gotas de agua con sangre.

Cuando el cuerpo de Elizabeth se sometió a la autopsia encontraron todas las lesiones de las que os hablaba antes, además se vieron restos de excrementos en su estómago (o bien el asesino le obligó a comérselos o se trataba de un intercambio de fluidos que tuvo lugar durante la evisceración). Se determinó que la causa de la muerte fue una combinación entre una conmoción cerebral y la constante pérdida de sangre. La identificación de la víctima fue difícil debido a que tenía los dedos arrugados por el tiempo que pasó sumergida en agua, aun así tomaron como pudieron las huellas dactilares y las cotejaron hasta descubrir que se trataba de Elizabet Short (gracias a su detención en 1943).

La relación con su padre no era buena, llevaban tres años sin saber nada el uno del otro, tanto es así que no quiso ni siquiera ir a reconocer el cadáver de su hija. Así pues, tuvo que hacerlo su madre, viajando desde la otra punto del mundo y engañada. Uno de los editores de un periódico le dijo que su hija había ganado un concurso de belleza y la fueron engañando hasta que al final le dijeron que había sido víctima de un terrible asesinato. Decidieron enterrar el cuerpo en California, en el cementerio Mountain View.

El asesino buscaba protagonismo y como no estaban siguiendo muy de cerca la noticia del asesinato, decidió llamar al editor del periódico "Los Angeles Examier" (el 23 de enero de 1947) y le transmitió su preocupación. Así pues, al día siguiente llegó al periódico un paquete con una serie de objetos que pertenecían a Elizabeth. El asesino siguió enviando más cartas al periódico, se llamaba a sí mismo "el vengador de la Dalia Negra"


Mucha información que los periodistas recibían, y que estaba relacionada con el caso, no era derivada a los policías ya que los periodistas querían quedarse con la exclusiva de la noticia. Todo ello enturbió la investigación del crimen de Elizabeth Short. Muchos periódicos frivolizaban sobre el caso, dando lugar así al apodo de "Dalia Negra". Se trataba de prensa sensacionalista en busca de primicias más que de la verdad, por ejemplo decían que Elizabeth "se hizo una víctima de su estilo de vida", cuando la verdad era que ni fumaba ni bebía.
"Si el asesinato nunca se resolvió se debió a los reporteros... Estaban en él, pisoteando pruebas, reteniendo información".
- Gerry Ramlow (reportero de "Los Angeles Daily News")
Este asesinato fue la excusa perfecta para hacer correr rumores y rumores sobre el tema, no se sabe cuántos de ellos eran ciertos y cuántos falsos. Según informes de prensa publicados poco después del asesinato, el apodo "Dalia Negra" surgió gracias a la película del momento (La Dalia Azul) y la costumbre de Elizabeth de vestir de negro (al ser tan blanca de piel, contrastaba de una forma elegante); sin embargo, los investigadores descubrieron que el apodo se lo inventaron los reporteros.

No voy a hablar sobre quién fue detenido como sospechoso y quién no, si se acabó deteniendo realmente a alguien o no, ni nada de eso. Como ya he dicho, no quiero ser culpable de ningún spoiler (aunque en realidad la historia está a un click de ratón por todo internet).

Cuando me lea la novela, escrita por cierto por James Ellroy en 1987 y que tiene por título "La Dalia Negra", publicaré la reseña y comentaré ese grado de similitud y realismo del que os hablaba antes (:

Me despido por hoy, muchas gracias por leerme y recordar: LEER ES UN PLACER, NO UNA OBLIGACIÓN.


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